Cuando mataron a Lorca,
–porque a Lorca lo mataron–,
el gendarme molestaba a una moza
como campeando un caballo.
Cuando mataron a Lorca,
–porque a Lorca lo mataron–,
sus compatriotas
ni la escudilla ni la cuchara olvidaron.
–Asesinados a la mierda,
Carmen engalanada a la moda
con los vivos se abrazaba
porque con un muerto no se acostaría.
Una conocida gitana
por la chozas deambulaba,
pena sentía por Lorca
a cadáveres la suerte no se acaba.
La vida quedose siendo vida,
y las muecas del hereje,
y los cerdos en su barro amarillo
y tras el corpiño, la rosa.
–Se quedaron la juventud, la vejez,
y los mendigos y los señores,
en la tierra todo se quedó,
sólo Lorca no se quedó.
En una estante polvoriento
haciéndose compañía,
sin creer la muerte de Lorca,
los soldados, Don Quijote.
Que sigan gobernando los ignorantes
y los falsos adivinadores,
pero vives con la esperanza
de los juguetes del Hidalgo.
–En medio de los souvenires del hampa,
levantándose amargamente,
mezclados los trozos de espada gritaban:
¿Dónde estás, Lorca?
A ti ni el sauce ni el olmo
te pasaron por alto
porque eres tan inmortal
como uno de nosotros, como un Don Quijote.
Y cantaron las hierbas del trigo
y trompetearon los zorzales
que no mataron a Lorca
cuando a Lorca lo mataron.
–porque a Lorca lo mataron–,
el gendarme molestaba a una moza
como campeando un caballo.
Cuando mataron a Lorca,
–porque a Lorca lo mataron–,
sus compatriotas
ni la escudilla ni la cuchara olvidaron.
–Asesinados a la mierda,
Carmen engalanada a la moda
con los vivos se abrazaba
porque con un muerto no se acostaría.
Una conocida gitana
por la chozas deambulaba,
pena sentía por Lorca
a cadáveres la suerte no se acaba.
La vida quedose siendo vida,
y las muecas del hereje,
y los cerdos en su barro amarillo
y tras el corpiño, la rosa.
–Se quedaron la juventud, la vejez,
y los mendigos y los señores,
en la tierra todo se quedó,
sólo Lorca no se quedó.
En una estante polvoriento
haciéndose compañía,
sin creer la muerte de Lorca,
los soldados, Don Quijote.
Que sigan gobernando los ignorantes
y los falsos adivinadores,
pero vives con la esperanza
de los juguetes del Hidalgo.
–En medio de los souvenires del hampa,
levantándose amargamente,
mezclados los trozos de espada gritaban:
¿Dónde estás, Lorca?
A ti ni el sauce ni el olmo
te pasaron por alto
porque eres tan inmortal
como uno de nosotros, como un Don Quijote.
Y cantaron las hierbas del trigo
y trompetearon los zorzales
que no mataron a Lorca
cuando a Lorca lo mataron.
inviata da Alessandro - 9/11/2009 - 13:59
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Album "Rolando Alarcón canta a los poetas soviéticos"
Parole di Yevgeny Yevtushenko
Musica di Rolando Alarcón
A Federico García Lorca, il grande poeta andaluso assassinato dai fascisti a Granada il 19 agosto del 1936.