No soy sandinista ni tampoco comunista, ni menos aún somozista; pero esta canción trata de hacerse partícipe de la tragedia bélica y longeva que sacudió Nicaragua durante tantos años antes de la llegada de Cesar Augusto Sandino al gobierno. Así pues, esta canción está dedicada a un pueblo que sufrió en demasía antes de la llegada del sandinismo y junto a la siempre soberbia hostildad de los Estados Unidos con respecto a la totalidad de Sudamérica.
Embriaguez por las calles,
por las calles de Managua
las calles desoladas
viejas pero pavimentadas
reflejan la muerte
de un país que tanto sabe
morir como escribir.
Mi reunión con algunos poetas
de aquellos parajes
fueron como oleajes
de gran profundidad
dictados por la ebriedad
la más grande verdad
de mi ahogado corazón.
Embriaguez por las calles,
por las calles de Managua
la soledad te embriaga
y la inmensidad y la vacuidad
son enemigas terrenales
de aquel paraje ebrio
metido en aquel país corrupto,
con un paisaje muy abrupto
pero con un corazón fuerte.
País, dueño de las armas
pero también de pura poesía
contradictorio mi alma decía
mientras me bañaba
de la embriaguez de las calles de Managua.
Bajo el sol ardiente
clavado en mi frente
mientras saludaba
los locales bohemios
la calle, una lava
estática de hombres…
y una ruta inexorable
de vientres famélicos.
El enorme lamento gutural
de un pueblo cansado de la moral
era un lamento ancestral
pero también una alegría natural
y ambos latían por todas las calles,
por las calles de Managua.
Embriaguez por las calles,
por las calles de Managua
Embriaguez por las calles,
por las calles de Managua,
de esa vasta tierra de selvas
de la inmensidad de Nicaragua.
Embriaguez por las calles,
por las calles de Managua....
Embriaguez por las calles,
por las calles de Managua....
por las calles de Managua,
en aquel vasto y duro paraje
rodeado por la crueldad del odio
que se extiende a través de las calles
de las tristes calles de Managua,
a través del pasado tan cercano de Nicaragua…
por las calles de Managua
las calles desoladas
viejas pero pavimentadas
reflejan la muerte
de un país que tanto sabe
morir como escribir.
Mi reunión con algunos poetas
de aquellos parajes
fueron como oleajes
de gran profundidad
dictados por la ebriedad
la más grande verdad
de mi ahogado corazón.
Embriaguez por las calles,
por las calles de Managua
la soledad te embriaga
y la inmensidad y la vacuidad
son enemigas terrenales
de aquel paraje ebrio
metido en aquel país corrupto,
con un paisaje muy abrupto
pero con un corazón fuerte.
País, dueño de las armas
pero también de pura poesía
contradictorio mi alma decía
mientras me bañaba
de la embriaguez de las calles de Managua.
Bajo el sol ardiente
clavado en mi frente
mientras saludaba
los locales bohemios
la calle, una lava
estática de hombres…
y una ruta inexorable
de vientres famélicos.
El enorme lamento gutural
de un pueblo cansado de la moral
era un lamento ancestral
pero también una alegría natural
y ambos latían por todas las calles,
por las calles de Managua.
Embriaguez por las calles,
por las calles de Managua
Embriaguez por las calles,
por las calles de Managua,
de esa vasta tierra de selvas
de la inmensidad de Nicaragua.
Embriaguez por las calles,
por las calles de Managua....
Embriaguez por las calles,
por las calles de Managua....
por las calles de Managua,
en aquel vasto y duro paraje
rodeado por la crueldad del odio
que se extiende a través de las calles
de las tristes calles de Managua,
a través del pasado tan cercano de Nicaragua…
inviata da Carles Viadel - 14/2/2008 - 16:28
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