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Langue: espagnol


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(1961)
Poesia di Luis Cernuda (1902-1963)

Luis Cernuda


Nel 1961 il poeta spagnolo Luis Cernuda che era esiliato negli Stati Uniti, paese dove era profondamente infelice, tenne una lezione in una università. Un signore del pubblico si alzò per dargli la mano, gli raccontò che aveva combattuto in Spagna. Era un miliziano della Brigata Lincoln. Cernuda si emozionò tanto che la sera stessa scrisse questa poesia.
Recuérdalo tú y recuérdalo a otros,
Cuando asqueados de la bajeza humana,
Cuando iracundos de la dureza humana:
Este hombre solo, este acto solo, esta fe sola.
Recuérdalo tú y recuérdalo a otros.

En 1961 y en ciudad extraña,
Más de un cuarto de siglo
Después. Trivial la circunstancia,
Forzado tú a pública lectura,
Por ella con aquel hombre conversaste:
Un antiguo soldado
En la Brigada Lincoln.

Veinticinco años hace, este hombre,
Sin conocer tu tierra, para él lejana
Y extraña toda, escogió ir a ella
Y en ella, si la ocasión llegaba, decidió apostar su vida,
Juzgando que la causa allá puesta al tablero
Entonces, digna era
De luchar por la fe que su vida llenaba.

Que aquella causa aparezca perdida,
Nada importa;
Que tantos otros, pretendiendo fe en ella
Sólo atendieran a ellos mismos,
Importa menos.
Lo que importa y nos basta es la fe de uno.

Por eso otra vez hoy la causa te aparece
Como en aquellos días:
Noble y tan digna de luchar por ella.
Y su fe, la fe aquella, él la ha mantenido
A través de los años, la derrota,
Cuando todo parece traicionarla.
Mas esa fe, te dices, es lo que sólo importa.

Gracias, compañero, gracias
Por el ejemplo. Gracias por que me dices
Que el hombre es noble.
Nada importa que tan pocos lo sean:
Uno, uno tan sólo basta
Como testigo irrefutable
De toda la nobleza humana.

17/7/2022 - 16:49




Langue: italien

Traduzione italiana di Lorenzo Masetti

Ho cercato, senza trovarla, una traduzione d'arte di questa poesia... per ora accontentiamoci di questa che spero sia almeno decente.
1936

Ricordalo tu e ricordalo agli altri
quando disgustati della bassezza umana,
quando iracondi della durezza umana:
quest'uomo soltanto, quest'atto soltanto, questa fede soltanto.
Ricordalo tu e ricordalo agli altri.

Nel 1961 e in una città estranea,
più di un quarto di secolo
dopo. Triviale la circostanza,
Forzato tu a pubblica lettura
Grazie a questa con quell'uomo conversasti:
un ex soldato
nella Brigata Lincoln.

Venticinque anni fa, quest'uomo
senza conoscere la tua terra, per lui lontana
e interamente sconosciuta, scelse di andarci
e in essa, se fosse giunta l'occasione, decise di puntare la sua vita,
perché giudicava che la causa che là era messa in gioco
Allora, degna era
Di lottare per la fede che riempiva la sua vita.

Che quella causa appaia perduta,
Nulla importa,
Che tanti altri, fingendo fede in essa
solo si curassero di se stessi,
importa meno.
Quel che importa e ci basta è la fede di uno solo.

Ecco perché nuovamente oggi la causa ti appare
come in quei giorni:
nobile e tanto degna di lottare per essa.
E la sua fede, quella fede, lui la ha mantenuta
Attraverso gli anni, la sconfitta,
quando tutto sembra tradirla.
Ma quella fede, ti dici, è la sola cosa che importa.

Grazie, compagno, grazie
per l'esempio. Grazie per avermi detto
che l'uomo è nobile.
Niente importa che così pochi lo siano:
uno, uno solo sarà sufficiente
come testimonianza inconfutabile
Di tutta la nobiltà umana.

envoyé par Lorenzo - 31/7/2022 - 23:15




Langue: français

Version française — MIL NEUF CENT TRENTE-SIX — Marco Valdo M.I. — 2022
d’après la version italienne de Lorenzo Masetti
d’un poème espagnol — 1936 — de Luis Cernuda — 1961

BRIGADE LINCOLN — Espagne 1936


En 1961, le poète espagnol Luis Cernuda, exilé aux États-Unis, un pays où il était profondément malheureux, donne une conférence dans une université. Un monsieur dans le public s’est levé pour lui serrer la main et lui a dit qu’il avait combattu en Espagne. C’était un milicien de la Brigade Lincoln — composée de volontaires venus des États-Unis (USA). Cernuda fut si ému que le soir même, il écrivit ce poème.

Et de sa poésie d’exil, on retiendra ceci :

« Devant les portes bien fermées,
Sur un fleuve d’oubli, va la chanson ancienne.
Une lumière pense au loin
Comme à travers un ciel.
Tous dorment peut-être,
Tandis que solitaire il porte son destin.
Fatigué d’être vivant, d’être mort… »

(Un fleuve, un amour — Luis Cernuda)
MIL NEUF CENT TRENTE-SIX

Souvenez-vous et remémorez aux autres
Dégoûtés de la bassesse humaine,
Enragés de la dureté humaine :
Cet homme seul, cet acte seul, cette foi seule.
Souvenez-vous et remémorez aux autres.

En 1961 et dans une ville étrangère,
Plus d’un quart de siècle
Après. Circonstance triviale,
Forcé à une lecture publique,
Vous avez parlé ce soir-là,
À cet homme-là,
De la Brigade Lincoln, ancien soldat.

Vingt-cinq ans avant, cet homme-là,
Sans connaître votre pays, en tout étranger
Et pour lui lointain, a choisi d’y aller.
Et si tel était le sort, il décida de jouer sa vie, là,
Jugeant que la cause en cause
Alors, était digne
De la foi qui comblait sa vie.

Que cette cause sembla perdue,
N’importe en rien ; que tant d’autres,
prétendant y croire,
S’occupèrent seulement d’eux-mêmes,
Importe encore moins. Ce qui compte seul
Et nous suffit, est la foi d’un seul.

Aujourd’hui encore, la cause vous semble
Comme en ces jours-là,
Si noble et si digne de se battre pour elle.
Et lui, il l’a gardée, sa foi, cette foi.
Au long des années, à travers la déroute,
Quand tout semble la trahir. Mais cette foi,
Dites-vous, seule importe.

Merci, mon ami, merci
Pour l’exemple. Merci
De me dire que l’homme est noble.
Il importe peu que si peu le soient.
Un, un seul suffira
Comme témoin irréfutable
De toute la noblesse humaine.

envoyé par Marco Valdo M.I. - 1/8/2022 - 18:15


Discurso de Almudena Grandes - Recuperando la memoria



Recuérdalo tú y recuérdalo a otros,
Cuando asqueados de la bajeza humana,
Cuando iracundos de la dureza humana:
Este hombre solo, este acto solo, esta fe sola.
Recuérdalo tú y recuérdalo a otros.


Luis Cernuda escribió estos versos en 1961 cuando, al terminar una lectura de poemas en una remota universidad norteamericana, se le acercó un hombre de su edad, un antiguo soldado de la Brigada Lincoln. El poema se titula 1936 y debería estar incluido entre las lecturas obligatorias de todos los libros de texto que se publican en España, porque no es solo un poema sobre la guerra civil española ni sobre lo que aquella guerra representó para millones de demócratas en el mundo entero.
Es un poema que habla de la fe, de la dignidad y de la nobleza, de lo mejor de los seres humanos. Eso significó aquella lucha para Luis Cernuda, que la vivió y eso representa para mi que la recuerdo hoy y la recuerdo a otros, acatando el mandado del poeta.
Eso es lo que el sueño de la segunda república española representa para muchos españoles de mi generación que crecimos en un país oscuro y inmóvil, que llegamos a creer que España había sido condenada desde siempre a la oscuridad de la caverna, a la inmovilidad de los años iguales, feos, grises, y que solo mucho después descubrimos en vosotros, en vuestra fe, en vuestra dignidad, en vuestro coraje, un motivo para estar orgullosos de haber nacido aquí: el orgullo de heredaros y el deber de recordar.

"Que mi nombre no se borre en la historia", esta fue la ultima frase que escribió Julia Conesa, una modista de 19 años que fue fusilada junto con 55 de sus compañeros, 43 hombres y otras 12 mujeres de las Juventudes Socialistas Unificadas de Madrid, el 5 de agosto de 1939 en las tapias de la vergüenza, las tristemente celebres tapias del Cementerio del Este donde el régimen fascista ejecutó a casi 3000 republicanos entre 1939 y 1944.

"Tened en cuenta que no muero por criminal ni ladrona, sino por una idea". Eso nos pidió Dionisia Manzanero, otra de las "Trece Rosas", y eso es lo que le debemos a ambas y a todos quienes como ellas dieron la vida por nosotros, por la justicia, por el progreso, por la democracia y por el futuro de este país.
Eso es lo que seguimos debiendo a la mejor generación de españoles que ha existido jamas, una generación, la vuestra, con la que España mantiene una deuda eterna y eternamente pendiente.

Nosotros somos la historia a la que se confió Julia Conesa. Nosotros somos el fruto de vuestra fe, de vuestra lucha, del ejemplar dignidad con la que afrontasteis la traición y la derrota. Y nosotros estamos hoy aquí para daros las gracias por ser lo que sois. Estamos aquí para recordar y para recordárselo a otros, para afirmar que ya va siendo hora de que la historia se ponga a la altura de sus protagonistas. Para que acabemos de una vez y para siempre con la turbias sospechas que empañan sin justicia alguna la imprescindible tradición del republicanismo español.
Para que se deje de llamar nacional al ejercito golpista, para que se reconozca que el único ejercito nacional que combatió en la guerra civil fue el que defendió la República legalmente constituida. Y para que se deje de aplicar la tramposa ley del 50%. Para que se deje de decir que los dos bandos hicieron cosas horribles hablando de lo que sucedió en este país por la exclusiva y absoluta responsabilidad de Francisco Franco y de quienes secundaron su rebelión.

Porque la Segunda República Española no se merece la memoria de edificios en llamas, de descontrol y de rapiña que fijaron sus verdugos y que seguimos tolerando entre todos. Y porque solo cuando se recuerde lo que significó de verdad aquel proyecto que asombró el mundo, que derramó luz y justicia sobre un pueblo que nunca había sabido lo que era vivir con dignidad y vivir en libertad y que situó a España por primera y única vez en muchos siglos a la cabeza del progreso de las naciones, solo cuando eso ocurra podremos miraros a los ojos sin avergonzarnos.

Ningún monumento brilla tanto como la verdad, ningún homenaje es mas justo que la limpia reivindicación de la memoria, por eso quiero terminar mi intervención con los últimos versos de ese poema de Luis Cernuda que escogí para comenzarla.

Gracias, compañero, gracias
Por el ejemplo. Gracias por que me dices
Que el hombre es noble.
Nada importa que tan pocos lo sean:
Uno, uno tan sólo basta
Como testigo irrefutable
De toda la nobleza humana.


Lo recuerdo yo y lo recuerdo a otros

¡Viva la Segunda República Española, y Viva la Tercera!
¡Salud, compañeros!

Ricordalo tu e ricordalo agli altri
quando disgustati della bassezza umana,
quando iracondi della durezza umana:
quest'uomo soltanto, quest'atto soltanto, questa fede soltanto.
Ricordalo tu e ricordalo agli altri.


Luis Cernuda scrisse questi versi nel 1961 quando, terminata una lettura di poesie in una remota università statunitense, gli si avvicinò un uomo della sua età, un ex soldato della Brigata Lincoln. La poesia si intitola 1936 e dovrebbe essere inclusa tra la letture obbligatorie di tutti i libri di testo che si pubblicano in Spagna, perché non è solo una poesia sulla guerra civile spagnola né su cosa rappresentò quella guerra per milioni di democratici nel mondo intero.
È una poesia che parla della fede, della dignità e della nobiltà, della parte migliore dell'umanità. Questo significava quella lotta per Luis Cernuda, che la ha vissuta e questo rappresenta per me che la ricordo oggi e la ricordo agli altri, seguendo il dettato del poeta.
Questo è ciò che il sogno della Seconda Repubblica spagnola rappresenta per molti spagnoli della mia generazione, che siamo cresciuti in un paese oscuro e immobile, che siamo arrivati al punto di credere che la Spagna fosse stata condannata da sempre all'oscurità della caverna, all'immobilità degli anni uguali, orribili, grigi, e che solo molto tempo dopo abbiamo scoperto in voi, nella vostra fede, nella vostra dignità, nel vostro coraggio, un motivo per essere orgogliosi di essere nati qui: l'orgoglio di ereditarvi e il dovere di ricordare.

"Che il mio nome non venga cancellato dalla storia", questa fu l'ultima frase scritta da Julia Conesa, una sarta di 19 anni che fu fucilata con 55 dei suoi compagni, 43 uomini e altre 12 donne della Gioventù Socialista Unificata di Madrid, il 5 de agosto del 1939 ai muri della vergogna, i muri tristemente celebri del Cimitero dell'Est dove il regime fascista assassinò quasi 3000 repubblicani tra il 1939 e il 1944.

"Tenete presente che non muoio da assassina o da ladra, ma per un'idea". Questo ci chiese Dionisia Manzanero, un'altra delle "Tredici Rose", e questo è quello che dobbiamo a entrambe e a tutti quelli che come loro hanno dato la vita per noi, per la giustizia, per il progresso, per la democrazia e per il futuro di questo paese.
Questo è quello che ancora dobbiamo alla migliore generazione di spagnoli che sia mai esistita, una generazione, la vostra, con la quale la Spagna sarà eternamente in debito.

Siamo noi la storia alla quale si è affidata Julia Conesa. Noi siamo il frutto della vostra fede, della vostra lotta, della dignità esemplare con cui avete affrontato il tradimento e la sconfitta. E noi siamo qui oggi per ringraziarvi per essere ciò che siete. Siamo qui per ricordare e per ricordarlo agli altri, per affermare che è giunto il momento che la storia si dimostri all'altezza dei suoi protagonisti. È giunto il momento di farla finita una volta per tutte con i torbidi sospetti che offuscano ingiustamente l'imprescindibile tradizione del repubblicanesimo spagnolo.
Perché si smetta di chiamare "nazionale" l'esercito golpista, perché si riconosca che l'unico esercito nazionale che ha combattuto nella guerra civile fu quello che difese la Repubblica legalmente costituita. E perché si smetta di applicare la legge truffa del 50%. Perché si smetta di dire che entrambe le parti si macchiarono di crimini orribili, parlando di quel che è successo in questo paese per l'esclusiva e assoluta responsabilità di Francisco Franco e di chi assecondò la sua ribellione.

Perché la Seconda Repubblica Spagnola non si merita la memoria di edifici in fiamme, di violenze incontrollate e di saccheggio, memoria stabilita dai suoi carnefici e che tra tutti continuiamo a tollerare. E perché solo quando si ricordi quel che significò davvero quel progetto che ha stupito il mondo, e che ha diffuso luce e giustizia su di un popolo che mai aveva saputo cosa volesse dire vivere con dignità e vivere in libertà e che ha collocato la Spagna per la prima e unica volta in molti secoli all'avanguardia del progresso delle nazioni, solo quando questo succederà potremo guardarvi negli occhi senza vergognarci.

Nessun monumento brilla tanto come la verità, nessun omaggio è più giusto che la chiara rivendicazione della memoria, per questo voglio concludere il mio intervento con gli ultimi versi di questa poesia di Luis Cernuda che ho scelto per cominciare.

Grazie, compagno, grazie
per l'esempio. Grazie per avermi detto
che l'uomo è nobile.
Niente importa che così pochi lo siano:
uno, uno solo sarà sufficiente
come testimonianza inconfutabile
Di tutta la nobiltà umana.


Lo ricordo io e lo ricordo agli altri

Viva la Seconda Repubblica Spagnola, e viva la Terza!
Salud, compagni!

4/9/2022 - 13:45




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