Vinieron de Italia, tenían veinte años,
con un bagayito por toda fortuna
y, sin aliviadas, entre desengaños,
llegaron a viejos sin ventaja alguna.
Mas nunca a sus labios los abrió el reproche.
Siempre consecuentes, siempre laburando,
pasaron los días, pasaban las noches
el viejo en la fragua, la vieja lavando.
Vinieron los hijos. ¡Todos malandrinos!
Vinieron las hijas ¡Todas engrupidas!
Ellos son borrachos, chorros, asesinos,
y ellas, las mujeres, están en la vida.
Y los pobres viejos, siempre trabajando,
nunca para el yugo se encontraron flojos,
pero a veces, sola, cuando está lavando,
a la vieja el llanto le quema los ojos.
con un bagayito por toda fortuna
y, sin aliviadas, entre desengaños,
llegaron a viejos sin ventaja alguna.
Mas nunca a sus labios los abrió el reproche.
Siempre consecuentes, siempre laburando,
pasaron los días, pasaban las noches
el viejo en la fragua, la vieja lavando.
Vinieron los hijos. ¡Todos malandrinos!
Vinieron las hijas ¡Todas engrupidas!
Ellos son borrachos, chorros, asesinos,
y ellas, las mujeres, están en la vida.
Y los pobres viejos, siempre trabajando,
nunca para el yugo se encontraron flojos,
pero a veces, sola, cuando está lavando,
a la vieja el llanto le quema los ojos.
inviata da adriana - 31/8/2016 - 17:24
Lingua: Italiano
Versione reperita a pag 36 del libro "Dio non ama i bambini di Laura Pariani
Arrivarono dall'Italia , avevano vent'anni,
con un bagayto por toda fortuna,
e senza tregua, tra i disinganni,
diventarono vecchi senza soddisfazione alcuna.
Eppure mai un rimprovero aprì le loro labbra.
Sempre coerenti, siempre laburando,
passarono i giorni, passarono le notti,
il vecchio alla fucina, la vecchia lavando.
Arrivarono figli, todos malandrinos!
Arrivarono figlie,tutte fraschette!
Sono ubriachi, ladri , asesinos,
mentre le femmine fanno la vita.
E i poveri vecchi sempre trabajando,
mai indolenti nel faticare.
Ma a volte, da sola, mentre sta lavando,
alla vecchia bruciano gli occhi dal pianto
con un bagayto por toda fortuna,
e senza tregua, tra i disinganni,
diventarono vecchi senza soddisfazione alcuna.
Eppure mai un rimprovero aprì le loro labbra.
Sempre coerenti, siempre laburando,
passarono i giorni, passarono le notti,
il vecchio alla fucina, la vecchia lavando.
Arrivarono figli, todos malandrinos!
Arrivarono figlie,tutte fraschette!
Sono ubriachi, ladri , asesinos,
mentre le femmine fanno la vita.
E i poveri vecchi sempre trabajando,
mai indolenti nel faticare.
Ma a volte, da sola, mentre sta lavando,
alla vecchia bruciano gli occhi dal pianto
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Letra: Carlos de la Púa
Música: Ernesto de la Cruz
Da La crencha engrasada