En un viejo libro donde yo pude leer
hombres, nombres hoy perdidos
me hicieron saber
que más adelante en el mundo reinará
Un tiempo más justo que debemos esperar
Ha llegado aquel fabuloso tiempo de vivir
Ha llegado aquel fabuloso tiempo de vivir
Una larga historia que la tierra recorrió
mares, montes, bosques, rìos llenos de fervor
cubrieron al hombre que tan solo esperó
ese tiempo justo que nunca le llegó.
Ha llegado aquel fabuloso tiempo de vivir
Ha llegado aquel fabuloso tiempo de vivir
Hoy te espera el aire, amor, da muerte, amor
a esa historia triste, que al hombre postergó
ahogandolo en sus brazos contra su corazón
vida, dale muerte. Amor, da muerte, amor.
Ha llegado aquel fabuloso tiempo de vivir
Ha llegado aquel fabuloso tiempo de vivir
Lalalalalalallalalalalalalla....
hombres, nombres hoy perdidos
me hicieron saber
que más adelante en el mundo reinará
Un tiempo más justo que debemos esperar
Ha llegado aquel fabuloso tiempo de vivir
Ha llegado aquel fabuloso tiempo de vivir
Una larga historia que la tierra recorrió
mares, montes, bosques, rìos llenos de fervor
cubrieron al hombre que tan solo esperó
ese tiempo justo que nunca le llegó.
Ha llegado aquel fabuloso tiempo de vivir
Ha llegado aquel fabuloso tiempo de vivir
Hoy te espera el aire, amor, da muerte, amor
a esa historia triste, que al hombre postergó
ahogandolo en sus brazos contra su corazón
vida, dale muerte. Amor, da muerte, amor.
Ha llegado aquel fabuloso tiempo de vivir
Ha llegado aquel fabuloso tiempo de vivir
Lalalalalalallalalalalalalla....
inviata da Bernart Bartleby - 23/12/2013 - 14:25
×
Parole di Osvaldo Rodríguez (1943-1996), meglio noto come Gitano Rodríguez, cantautore e poeta cileno, esule negli anni della dittatura, morto a Bardolino, Verona, di un fulminante cancro al pancreas.
Musica di Martin Micharvegas ed Albee Pavesse.
Nel disco “Tiempo de vivir”, pubblicato nel gennaio del 1972.
Un ottimismo che fu barbaramente stroncato poco tempo dopo, all’alba dell’11 settembre del 1973.
A differenza di tanti altri, Víctor Jara compreso, sorpresi e travolti dal golpe, Osvaldo Rodríguez riuscì a rifugiarsi nell’ambasciata argentina a Santiago per poi vivere da esule tra Praga e Parigi e facendo ritorno in Cile solo nel 1989…