Aquí señores presente
este Sócrates gitano,
que se baña en aguardiente
y en olores de la gente
de los bares y los barcos.
Yo les vendo las verdades que aprendí en tantos caminos.
No hay más dios para la siembra que el sudor mojando el trigo.
No hay más hombres que los hombres que a otros hombres dan abrigo.
No hay más hembras que las hembras que amantan los paridos.
No hay más guerras que las guerras donde todos han perdido.
Y, allá vas, guitarra, envuelta en pañuelos colorados.
No hay más bocas que las bocas que a otras bocas han besado.
No hay más bocas que las bocas que a otras bocas han besado.
Aquí, señores, cantando,
con su garganta de barro,
este fiel, que reza en verso,
por las gentes que se visten
con el vino derramado.
El gusano que madura se convierte en mariposa.
El pintor con dos colores pinta el mundo y una rosa.
Y, el tirano, aunque se vista con sus galas primorosas,
tiene un árbol que lo espera con un nudo y una soga.
Poco a poco, siempre, arregla todas sus cuentas, la historia.
Y, allá vas, guitarra suelta, como un pájaro embebido.
Horizontes, siempre lejos, ¡hay mi dios! cuánto he vivido.
Horizontes, siempre lejos, ¡hay mi dios! cuánto he vivido.
Yo les vendo las verdades que aprendí en tantos caminos.
No hay mas hombres que los hombres que a otros hombres dan abrigo.
este Sócrates gitano,
que se baña en aguardiente
y en olores de la gente
de los bares y los barcos.
Yo les vendo las verdades que aprendí en tantos caminos.
No hay más dios para la siembra que el sudor mojando el trigo.
No hay más hombres que los hombres que a otros hombres dan abrigo.
No hay más hembras que las hembras que amantan los paridos.
No hay más guerras que las guerras donde todos han perdido.
Y, allá vas, guitarra, envuelta en pañuelos colorados.
No hay más bocas que las bocas que a otras bocas han besado.
No hay más bocas que las bocas que a otras bocas han besado.
Aquí, señores, cantando,
con su garganta de barro,
este fiel, que reza en verso,
por las gentes que se visten
con el vino derramado.
El gusano que madura se convierte en mariposa.
El pintor con dos colores pinta el mundo y una rosa.
Y, el tirano, aunque se vista con sus galas primorosas,
tiene un árbol que lo espera con un nudo y una soga.
Poco a poco, siempre, arregla todas sus cuentas, la historia.
Y, allá vas, guitarra suelta, como un pájaro embebido.
Horizontes, siempre lejos, ¡hay mi dios! cuánto he vivido.
Horizontes, siempre lejos, ¡hay mi dios! cuánto he vivido.
Yo les vendo las verdades que aprendí en tantos caminos.
No hay mas hombres que los hombres que a otros hombres dan abrigo.
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