Hay en la noche un grito,
Y se escucha lejano.
Cuentan al sur,
Es la voz del silencio.
En este armario hay un gato encerrado,
Porque una mujer,
Porque una mujer,
Defendió su derecho.
De la montaña se escucha la voz de una rayo,
Es el relámpago claro de la verdad.
En esta vida santa que nadie perdona nada,
Pero si una mujer, pero si una mujer,
Pelea por su dignidad.
Ay, morena,
Morenita mía,
No te olvidaré.
Ay, morena,
Morenita mía,
No te olvidaré.
Que me doy mi lugar porque yo soy mujer,
Y todo lo que me pasa no me lo puedo creer,
Tanto tú y la mentira y los cholos me ven,
Si lo quiero o no quiero es mi gusto querer.
De tu carne a mi carne, dame un taco de res,
Los prefiero y los quiero al que me dé de comer,
Ya probé el que es ajeno, ese pa’ que lo quiero,
Que la voluntad del cielo me mande al primero,
Que me quiera como soy, a ese sí que no lo quiero.
A ese sí que no quiero
A ese sí que no quiero.
Te seguí los pasos, niña,
Hasta llegar a la montaña,
Y seguí la ruta de Dios,
Que las animas acompañan.
Te seguí los pasos, niña,
Hasta llegar a la montaña,
Y seguí la ruta de Dios,
Que las animas acompañan.
Hay en la noche un grito,
Y se escucha lejano.
Cuentan al sur,
Es la voz del silencio.
En este armario hay un gato encerrado,
Porque una mujer,
Porque una mujer,
Defendió su derecho.
De la montaña se escucha la voz de una rayo,
Es el relámpago claro de la verdad.
En esta vida santa que nadie perdona nada,
Pero si una mujer, pero si una mujer,
Pelea por su dignidad.
Ay, morena,
Morenita mía,
No te olvidaré.
Y se escucha lejano.
Cuentan al sur,
Es la voz del silencio.
En este armario hay un gato encerrado,
Porque una mujer,
Porque una mujer,
Defendió su derecho.
De la montaña se escucha la voz de una rayo,
Es el relámpago claro de la verdad.
En esta vida santa que nadie perdona nada,
Pero si una mujer, pero si una mujer,
Pelea por su dignidad.
Ay, morena,
Morenita mía,
No te olvidaré.
Ay, morena,
Morenita mía,
No te olvidaré.
Que me doy mi lugar porque yo soy mujer,
Y todo lo que me pasa no me lo puedo creer,
Tanto tú y la mentira y los cholos me ven,
Si lo quiero o no quiero es mi gusto querer.
De tu carne a mi carne, dame un taco de res,
Los prefiero y los quiero al que me dé de comer,
Ya probé el que es ajeno, ese pa’ que lo quiero,
Que la voluntad del cielo me mande al primero,
Que me quiera como soy, a ese sí que no lo quiero.
A ese sí que no quiero
A ese sí que no quiero.
Te seguí los pasos, niña,
Hasta llegar a la montaña,
Y seguí la ruta de Dios,
Que las animas acompañan.
Te seguí los pasos, niña,
Hasta llegar a la montaña,
Y seguí la ruta de Dios,
Que las animas acompañan.
Hay en la noche un grito,
Y se escucha lejano.
Cuentan al sur,
Es la voz del silencio.
En este armario hay un gato encerrado,
Porque una mujer,
Porque una mujer,
Defendió su derecho.
De la montaña se escucha la voz de una rayo,
Es el relámpago claro de la verdad.
En esta vida santa que nadie perdona nada,
Pero si una mujer, pero si una mujer,
Pelea por su dignidad.
Ay, morena,
Morenita mía,
No te olvidaré.
Contributed by Bartolomeo Pestalozzi - 2010/8/25 - 13:58
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Album “Una Sangre (One Blood)”,
Scritta da Lila Downs, Paul Cohen e Armando Villareal
Già alla fine degli anni 80, fresca di laurea, mentre lavorava presso la procura generale dello Stato di Veracruz, scoprì e denunciò l’esistenza di un dossier segreto della polizia contenente una lista nera di militanti politici da colpire… Il 16 agosto 1988 Digna Ochoa venne sequestrata da un commando, stuprata e minacciata: erano tutti ufficiali delle forze dell’ “ordine”. Nessun fascicolo fu mai aperto sul caso. Da quel momento Digna Ochoa – che non si era data per vinta e continuava a denunciare abusi e corruzione degli apparati dello Stato – fu ripetutamente minacciata e nel 1999 fu di nuovo brevemente sequestrata, sicchè la Corte Interamericana per i Diritti dell’Uomo, su pressione anche di Amnesty International, decise che la Ochoa doveva essere posta sotto protezione e che, per qualche tempo, avrebbe anche dovuto lasciare il paese. Ma nel 2001 Digna Ochoa decise di tornare da quel breve soggiorno/esilio negli USA e riprese la sua attività.
Il 19 ottobre 2001 Digna Ochoa fu trovata morta nel suo appartamento a Città del Messico.
Nonostante che sul corpo vi fossero tre ferite d’arma da fuoco, di cui due alla testa, la procura generale e certa stampa cercarono di avvalorare la tesi del suicidio, poi subito smentita dalle perizie.
Gli esecutori del brutale assassinio di Digna Ochoa sono ancora oggi ignoti. Nel 2007 è stato indagato come mandante tal Rogaciano Alba Álvarez detto “El Roga”, sindaco di un municipio del Guerrero e narcotrafficante in combutta con il cartello di Sinaloa, ma l’omicidio di Digna Ochoa rimane insoluto.