Se llama José Martínez Arroyo, nació en La Paz, Bolivia un 2 de junio de 1971, esta divorciado aunque ahora hace poco se ha vuelto a casar y tiene una hija.
Se define como un completo desastre y muy desordenado, muy honesto consigo mismo y con la gente que quiere porque es casi lo único que le importa, muy inmaterial y muy fiel a quien se lo merece.
Ha estudiado canto y llegó a ir entre Milán y Alemania unos 9 meses pero lo dejó al ver que no te reconocían por ser un magnífico cantante si no, que conseguías ascender por aceptar acostarte con quien fuera, incluso con hombres aunque no fueras gay.
Quien le enseñó el rock fue un maestro que tuvo.
Ha estudiado piano hasta sexto año y un poco de guitarra. También ha estudiado algo de informática y electricidad.
Desde pequeño ha tenido la idea de ser músico gracias a un profesor que tenía de esa asignatura en la escuela, que solo le hacía salir en medio de la clase a cantar.
Ha trabajado de todo para llevar el pan de cada día a su casa porque su familia no era muy adinerada.
No tiene antecedentes musicales en la familia.
A los 14 años empezó con el canto clásico hasta que a los 16 años empezó a gustarle el rock.
Le gusta muchísimo la música clásica, mucho rainbow, cualquier cosa mientras el cantante le transmita sensaciones.
Es del Real Madrid.
El ciclismo es su pasión y fue corredor de mountain bike semiprofesional, por ello tiene los dos brazos partidos, varios dientes que le faltan y los tiene postizos y algunas cicatrices en la cara.
Es voluntario en algún sitio pero no lo dice.
Desde que se va haciendo mayor (como dice él) se va preocupando bastante por su voz y se la cuida cada día.
No le gusta absolutamente nada ir a grabar al estudio.
Entró en mago por casualidad ya que un día Txus fue a la academia donde era profesor y pidió un estudiante para hacer una prueba dándole una maqueta d las canciones. José los había escuchado en un parque días atrás y escuchó la maqueta, 2 semanas más tarde los llamó y dijo que se presentaba él y lo cogieron.
Una anécdota que jamás olvidará es que el ataúd que usaba para la gira del Apechugando Tour, la gira de Folktergeist, era de verdad, de segunda mano, y dice que olía mucho a muerto y le daba mucho asco entrar. Un buen día los pipas le metieron bombas fétidas antes de salir al escenario, él se metió dentro antes que nadie para ir preparándose cuando olió el pestazo a muerto y las bombas fétidas, tuvo que salir corriendo detrás del escenario para poder vomitar, como dice él “salí corriendo gritando ¡¡aahhhh!!, y empecé a vomitar, como pude salí a escenario mientras empezaba a cantar aún limpiándome”. Fue él quien lanzó el grito de ¡¡CABRONES!!
Le ha puesto nombre a casi todas las giras.
Le encanta el campo y, cuando lo de mago termine, quiere irse a vivir a su casa de campo y plantar su cositas junto a su familia.
Su peor experiencia fue la marcha de Chema y de Salva.
Mago jamás se ha vendido, repite.
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