Se crió en Caliboro, pueblo de la séptima región y creció en Maule, entre los cantos evangélicos de sus padres y la pequeña escuela del pueblo con solo dos salas pero mucho tiempo para crear, inventar y soñar. Evelyn Cornejo (32 años) cantó tímidamente en su colegio, en las micros, y con más prestancia en distinta actividades de su pueblo.
La música la acompañó en su crecimiento; durante los fines de semanas sus tíos tocaban la guitarra interpretando canciones folclóricas, tonadas y folclor argentino, y Evelyn Cornejo comenzó a interesarse por este instrumento “le tomé cariño cuando estaba en el liceo”, comenta, y sus primeros acordes fueron para canciones de Los Prisioneros, Violeta Parra y Fiskales Ad Hok y sus propias composiciones en la noche, hasta cuando su padre le quitaba la guitarra para poder dormir.
De las distintas invitaciones que recibía, llegó una para ser parte del Festival de La Tonada en Talca. “Fue la primera vez que canté una canción mía, “La Gallina Y El León”. Antes me daba vergüenza. Fui a la preselección y quedé para la competencia final y, aunque no gané, el hecho de quedar preseleccionada fue muy importante para mí”, explica Evelyn.
Fue en el Festival Filorock de la Universidad Católica del Maule, donde conoció a Subverso (Vicente Durán), reconocido rapero y activista, quien, luego de conocer sus grabaciones artesanales, la invitó a su estudio de grabación para comenzar a trabajar en su disco. “Cuando me envío el trabajo final me gustaron mucho porque interpretó con los instrumentos las letras de las canciones”, manifiesta Evelyn, y agrega: “Además, me ayudó para llegar a otros lados con mi música, mandó mi disco a todos sus contactos como ‘Subverso presenta a Evelyn Cornejo’, lo que me sirvió montones”.
Con una voz pausada, pero firme y categórica en cada una de sus canciones, Evelyn Cornejo, abre su disco de forma potente con canciones como “América Sí”, “Alerta” y “Planta Medicinal”, cada una con un particular contenido social, que va más allá de la canción de protesta, sino más bien, se acerca a la metáfora constante en torno a la sociedad y la realidad del país.
Con la incorporación de instrumentos tradicionales como el cuatro, el trompe, la guitarra y el didjeridu, un instrumento de origen australiano, “que imita el sonido de la tierra y creo que es verdad porque, durante el terremoto y sus replicas, de la tierra salía un ruido profundo que atrapa y ese instrumento suena similar”, Evelyn Cornejo construye su primer trabajo musical con sobriedad, crítica, y también con metáforas como “La Gallina Y El León”, una dolorosa canción que escribió a los 18 años: “Habla de un amor que es imposible para ciertos ‘animales’ y lo que la falta de respeto por la vida ajena, metiéndose en la cama de las personas, puede causar infelicidad… Para mi, el amor es uno solo, lo importante es que la gente se quiera y se respeten”, explica.
Y Evelyn Cornejo recuerda en cada párrafo sus convicciones y “camufla”, -como ella dice-, la realidad. “Solo Tú”, canción dedicada a su hija Melba, es una preciosa melodía que nos recuerda que no todo es tan bello, dice: “Mañana tomaremos el ramal / Iremos a disfrutar del mar/ Se me ha olvidado ese detalle/ Que la Celco invadió Constitución”, y explica: “Cuando iba a cantar a Constitución lo primero que veía era la Celco con sus máquinas y el olor…, el mar, el color que se formaba, entonces, siempre estaba presente en mis viajes… Ahí nació esa canción”.
El primer single de su disco es “Los Ratones”, una metafórica canción sobre el desamor y el engaño. “La escribí porque encontré a un novio que tuve con otra niña, entonces agarré la guitarra y empezaron a salir las ideas…”, dice Evelyn. A través de los ratones, la cantautora logra entregar toda su pena: “Yo tenía un novio / Y de un día pa’ otro dejó de hablarme / Un día se marchó / Y penando me quedé por los rincones / Un día los ratones / Aburridos de tanta pregunta escuchar / Se acercaron a mí / Y una maldad enorme me han de confesar / Que él solía dormir / Con la boca abierta igual que los pajarones / No pudieron resistir / Y la lengua le comieron los ratones traidores”.
El disco incluye una moderna y animosa versión de “Carmela”, de Isidora Aguirre, canción de La Pérgola de las Flores, que Evelyn reversionó: “Quería hacer una canción y no tenía letra y se me vino a la mente la letra de la Carmela que hice cuando estaba en cuarto básico. No pretendía dejar la letra, fue más que nada para que no se me olvidara la melodía, pero después caché que quedaba bien así, y la toqué”.
Evelyn Cornejo, más allá de sentirse parte de la nueva camada del folk chileno, lo suyo es la música popular, la canción de autor y su propia mirada, “El disco para mi es el encuentro de hartos momentos de mi vida”, escueta y directa.